Amigas queridas, posto aquí unos trechos interesantes de un libro super recomendado llamado en español "La maternidad y el encuentro con la própia sombra" de Laura Gutman. Nos hace pensar en nuestro papel en la maternidad y la creación de nuestros hijos. Aquí vá:
1. La fusión emocional
1. La fusión emocional
El bebé y su mamá continuan fundidos en el mundo emocional después del parto. El bebé vive como si fuera de él todo aquello que la mamá siente y recuerda, aquello que la preocupa o que rechaza, son dos seres en un.
El recién nascido necesita a medida que vá cresciendo y para entrar en relación con los demás, crear lazos de fusión con cada persona o objeto que ingresa en su campo de intercambio. Ella necesita de tiempo para querer participar de una fiesta de cumpleaños por ejemplo. Ella necesita de tiempo para establecer una relación con el lugar, el ruído, el olor, la dinámica, la actividad y los nuevos rostros. Normalmente, los niños aceptan retirarse cuando llevan consigo algo que las conecte con el lugar con el cual entraron en relación fusional.
Los niños inician la separación emocional de sus mamás cerca de los 2 años o 2,5 años. Es importante compreender el fenómeno de la fusión emocional entre mamá-bebé para anular un síntoma del bebé. Cuanto más tiempo sustentemos el síntoma más tiempo tenemos para entender lo que está pasando y cual es la situación emocional que la mamá necesita comprender o atravesar. Cuando la mamá se cuestiona sobre las partes desconocidas de su psique, inmediatamente libera el hijo pues asume la propia sombra. El bebé siente como si fueran suyos todos los sentimientos de la mamá, sobre todo aquellos que ella no tiene consciencia.
2. El bebé, el niño y su mamá fusionada
La capacidad de comprensión de los niños pequeños es increible. El hábito de conversar con los niños es poco frecuente y suena ridículo dar explicaciones a un bebé que aparentemente solo sabe llorar, mamar y ensuciar pañales. Los bebés y los niños poseen cuerpos físicos menores, pero sus aspectos emocionales, intuitivos, perceptivos y telepáticos son más desarrollados. El hecho de un niño no poder todavía usar el lenguaje verbal no significa que no lo comprenda. Al contrário, ella está conectada exactamente con lo que tiene significado lógico e íntimo para su mamá. Generalmente, vamos a trabajar (desaparecemos) y volvemos ansiosos (aparecemos) sin cualquier explicación. Además de eso, los dejamos a los cuidados de otras personas, manipulamos sus cuerpos, los llevamos al supermercado y toleramos que personas que ellos no conocen los alcen, etc. Eso sin darles la oportunidad de encontrar el significado de cada situación y un modo personal de acomodarse a ella. Porque es necesario que los niños sepan lo que pasará? Porque ellas tienen el derecho de organizar su entendimiento de la misma forma que los adultos. Un niño se prepara para vivir en la ausencia de su mamá durante 3 horas, se prepara para aceptar rostros desconocidos que se tornan amigables cuando la mamá los nombra, se prepara para ir al supermercado, un lugar ruídoso lleno de luces brillantes donde la mamá está con prisa y no le dá atención. Un adulto, entretanto, se siente a gusto cuando un anfitrión de algún evento les cuenta como todo ocurrirá y las alternativas que él tiene.
Es interesante notar que los niños reaccionen con violencia cuando no son consideradas en su totalidad, como seres capazes de compreender, aceptar y acompañar. Porque cualquier situación es soportable cuando sabemos de que se trata. Por eso, debemos adoptar el hábito de conversar con los niños, por menores que sean. Contemos a cada mañana como será el día. Si tenemos que dejarlas, expliquemos lo que ellas harán en nuestra ausencia, lo que comerán, donde pasearán, en fin, necesitamos darles toda la información banal y doméstica. Y más imprescindible todavía conversar sobre lo que pasa con nosotros, lo que sentimos, sobre el origen de nuestras preocupaciones, los motivos de nuestras alegrías, nuestros proyectos y deseos, nuestros éxitos y dificultades, amores y desamores, conquistas y pérdidas. Hablemos y hablemos porque nuestros niños nos escuchan, nos compreenden y nos protegen. En la medida que ván escuchando la situación conflictuosa relatada por su mamá, ván conseguindo alejarse de la angustia.
Las mamás pueden ejercitarse contándole pequeñas cosas: "Ahora voy a cambiar su pañal", "Necesito que me esperes un poco", "Tu barriga está doliendo y es por eso que estás llorando", "Es muy difícil ser bebé", etc. Después percibimos que cuando acompañamos nuestros movimientos con explicaciones adecuadas, todo se pone más suave, el bebé se tranquiliza y no manifiesta contrariedad. Sugiero ejercitar el hábito de hablar todos los días, delante de cada sitaución que se presente y coloque en palabra lo que hacemos, lo que sentimos, lo que pasa con nosotros, lo que somos. Es indispensable hablar en la primera persona para transmitir la verdad sin emitir juicios: "Yo creo que.... ", "Está pasando conmigo que...", "Tengo una dificultad en tal área... " etc.
Si nos comunicáramos en la primera persona, las discusiones acabarían hasta mismo entre los adultos. Por ejemplo: "Usted me prometió que iría llegar a las seis de la tarde para dar baño en los niños. Usted es un irresponsable". Esas afirmaciones son diferentes de: "Yo estoy esperando por usted desde las seis de la tarde, como habíamos acordado. El día me parece interminable al lado de los niños y la seguridad de que vas a llegar me ayuda. No puedo hacer las cosas sin usted, me derrumbo solo de pensar en eso". Cuando hablo a partir de mí, no hay discusión posible. Al contrário, se genera compreensión y aproximación.
Los niños necesitan saber las percepciones y sensaciones por su nombre válido. Cuando se caen y sienten dolor, ellos necesitan que aquella sensación sea nombrada como dolor, para que cada vez que sientan dolor, puedan ellas mismas reconocerla como tal. Por el contrario si la mamá le dice: "Ramiro, no fué nada, levántese!" o lo amenaza con fantasmas que no existen, él se queda sin base para construir su esqueleto emocional y puede pasar a ser un niño hiperactivo.
El lloro de un recién nascido no debe ser entendido como un lloro en sí, sino como la forma que tiene para comunicar sus necesidades de hambre, calor, frío, pañal sucio o desconforto con algo. Cuanto más tiempo llore, mayores las chances de interpretar su real necesidad. Si sus necesidades básicas estuvieran satisfechas y el bebé continua inquieto es necesario rever aspectos del pasado o presente de su mamá que aún afectan su vida afectiva, pues resolviéndolos estará liberando a su hijo, que es su sombra, de esa tensión. Cualquier situación, el bebé la siente como própria.
Las enfermedades infantiles, por ejemplo, son manifestación de la realidad emocional de la mamá. Las enfermedades de nuestros hijos dicen con el cuerpo lo que no pueden transmitir con palabras.
3. Los niños y el derecho a la verdad
El hecho del niño no poder utilizar el lenguaje verbal no significa que no la compreenda. Debemos avisar los bebés sobre todo lo que vá a pasarles, por ejemplo: "Ahora voy a cambiarle el pañal, tal vez usted sienta frío", "Vamos salir para pasear y tengo que arroparlo", "Vamos juntos al supermercado, aquel lugar ruídoso, lleno de luces fuertes y de gente". Cada acontecimiento por más banal que parezca, debe ser anunciado por la figura materna, porque el niño está envolvido en aquello, y eso la predispone para lo que pasará.
Los bebés, expresando la angústia por la manifestación del síntoma, nos obliga a conectarnos con la verdad. Transforma los niños en seres capazes de acompañar con fluídez las decisiones y necesidades de los papás, porque les confiere significado. El bebé necesita a cada día de palabras maternas durante la ausencia de la mamá o delante de cada nueva situación.
4. Los límites y la comunicación
El uso del "NO": "No grite", "No interrumpa" es espantosamente ineficaz, aunque nos veamos obligados a repetirlos sin cesar, porque usamos el "no" como primera instancia, y no como última. Podermos intentar lo siguiente:
i) reconocer las necesidades del niño y decir la palabra mágica: "Ah"... tú estás irritado y con muchas ganas de llorar", eso no significa que estaremos de acuerdo con cualquier cosa que el niño quiera, significa apenas que vamos a reconocer y nombrar y, se es necesario, interpretar si él está con sueño, con hambre o estresado;
ii) verbalizar lo que pasa consigo y llevar en consideración que el impulso del descubrimiento es saludable de los niños pequeños. Por ejemplo: "Que te parece si vamos a mirar las porcelanas juntos? Yo te muestro donde podemos tocar, en las orillitas y donde no podemos colocar los deditos. Tenemos que hacerlo siempre juntos. También podemos ir al otro cuarto, a la cocina, a la varanda. O entonces decirle: "Vamos a escuchar aquella música que al papá le gusta, pero yo coloco los discos. Apreta este botón, y ahora este otro..." Pensar primero en el "SIM" y después en el "NO" al hablar permite satisfazer el niño con relativa facilidad. Así el "NO pasa a ser apenas un "no", no adquiere dimensiones de privación de la totalidad de su ser. Hay cosas que pueden ser hechas sí, basta tener un poquito de voluntad;
iii) establecer acuerdos, reconociendo y nombrando las necesidades y deseos de ambos, por ejemplo: "Yo entiendo que usted está con muchas ganas de diseñar en mi agenda, pero para mí es muy importante que ella quede limpia. Qué dices si diseñamos juntos en este cuaderno?" o "Tu pasaste el día entero esperándome, estoy cansada, pero si nos acostamos un poco juntos podemos cantar unas músicas hasta dormirnos y mañana nos levantaremos un poco más temprano para jugar".
Todas esas opciones requieren un mínimo de dedicación. Ese es todo el secreto para obter buenos resultados: o dedicamos con sinceridad una parte del día para alimentar las relaciones afectivas con nuestros hijos o la vida cotidiana se transformará en un infierno de prohibiciones, con tensión e irritación como consecuencia básica.
Los niños esperan, esperan eternamente que sus papás se desocupen para poder atender con la cabeza y el corazón enteramente a sus pedidos. En la vida cotidiana, ese instante nunca llega. Ficar quietos al lado de un niño permite que él se tranquilize sin riesgos. Las mamás hacen exactamente lo contrário: quando están tranquilas, corren para preparar bifes a la milanesa aprovechando que los niños están entretenidos. Entonces el niño interpreta: "Cuando estoy tranquila y juego solita, pierdo mi mamá. Por consiguiente, si incomodo, reclamo, lloro, mi mamá se queda conmigo". Por otro lado, si el niño juega tranquilo y las mamás se quedan tranquilamente en el cuarto, pero disponibles, el niño aprende que, si juega solito, no corre el riesgo de perder su mamá. Es una pequeña grande diferencia.
5. Y cuando nasce un hermano?
Que pasa cuando un niño se pone insoportable después del nascimiento de su hermano? Necesita de límites? Está sufriendo? La tendencia de los adultos es la de satisfacerla a cualquier precio para que no sufra, pero en realidad nunca está satisfecha y llora. Entonces pensamos: "Está con celos". En realidad, todavía no la ayudamos a ocupar el lugar que le cabe: el de hermano mayor con condiciones específicas para cuidar, atender y amar el bebé. Privilegiando esa posición destacada de hermano mayor, brota en los niños sentimientos como solidaridad y amor y también la disposición personal de ayudar em pequeñas tarefas y acompañar los más necesitados (en este caso el bebé) en una actitud de caridad.
Entonces, en vez de alejar los niños para que no incomoden, devemos integrarlas pidiéndoles una colaboración mínima como traer un pañal, alzar por un instante el bebé, ayudar a poner la mesa, avisar si el nené se levantó, explicar a los parientes que la mamá está ocupada, etc. Los niños acostumbran a cumplir sus tareas con perfección.
Cuando los hermanos mayores tienen más de 2 años, es necesario liberarlos y volverles más frecuentes las situaciones de socialización y de diversión con otros niños y adultos, una vez que esas experiencias personales son más interesantes que estar esperando pasivamente por una mamá ocupada cambiando pañales. Ir al jardín es un alívio para el niño y para la mamá. Organizar paseos con amigos, participar de actividades extraescolares, de excursiones y fiestas, la liberan, una vez que mismo que esté feliz con el hermanito, las relaciones mundanas son mucho más interesantes. Y esta es una excelente oportunidad para los papás colaboradores.
Por otro lado, el jardín para un niño menor de 2 años debe primar el tiempo para jugar, fantasiar y contar con la presencia de los papás cariñosos. Escuela primaria y secundaria puede ser un colegio exigente y competitivo con inglés, informática, etc. pero sin submeter los niños a una jornada entera de alto rendimiento, sino preguntarles que le gustaría hacer (bailar, jugar fútbol, nadar, etc.) como una actividad extra para no sentirse frustrada y ser más afectiva.
Los niños pequeños para "conocer" necesitan llevar los objetos a la boca (cuando son bebés) o por lo menos tocarlos con las manos (entre 1 y 2 años). Cuando los niños se aproximan de cualquier objeto, es porque necesitan conocerlo y basta que lo miren para que consigan memorizarlo como lo hacen los adultos. Los niños solo necesitan de acompañamento activo de personas mayores.
6. El control natural de los niños
Entre el reconocimiento de un funcionamiento específico del própio cuerpo, por ejemplo el popó, y la madurez neurobiológica para controlarlo es necesario un tiempo, a veces de 1 o 2 años. Quitarle los pañales porque "llegó el verano" o porque "já tem 2 anos" no es una actitud adecuada. Por otro lado, estar dentro del agua a la hora del baño le da placer al bebé de estar nuevamente dentro del vientre de su madre.
Porque los adultos resuelven las carencias de los niños comprando dulces? Porque es mucho más fácil dar un dulce que parar para escucharlos y permanecer en contacto real y profundo con el niño. El niño pide mamá y gana un alfajor.
Para los niños comer es parte de los juegos cotidianos, portanto, no es indispensable que coman sentados a la mesa y en horarios fijos al princípio. Si los adultos disfrutan del encuentro a la mesa, si conversan y les interesa estar con los otros, los niños van integrándose al ritmo familiar sin darse cuenta. Por otro lado, los niños pequeños necesitan comer jugando, así como los adultos necesitan comer conversando. Por eso, es necesario ofrecerles alimentos que puedan facilitar el juego como croquetes, bolos, empanadas y todo lo que pueda ser cortado en pedacitos, sean carnes o vegetales. Como los niños van a acostumbrarse a tener buenos modos en la mesa, esperar, comer sentados y acabar el plato? Poco a poco. En la medida en que, sentados a la mesa, pase algo interesante como conversar, relacionarse con alegría y amor... nadie vá a querer perder eso por menor que sea!
Es interesante notar también que los niños más exigidos y más presionados van perdiendo la capacidad de saber lo que quieren. Tan acostumbrados a responder al deseo del otro, se pierden en la própia búsqueda.
Lo que es cierto es que, lo que no fué atendido durante la niñez (una atención, un buen trato), queda pendiente para el futuro. Por eso, la primera recomendación es mantener el bebé en los brazos todo el tiempo, sustentado por un canguro o wrap sling por ejemplo. Es probable que el bebé que haya recibido mucha atención de la mamá durante el día, acepte dormir más tiempo separado durante la noche. Los bebés no confunden el día y la noche. Simplemente, en la noche sus mamás están en reposo, o sea, disponibles.
El baño es un momento ideal para el reposo y el contacto con el bebé, para tener tiempo con él. Deberíamos ofrecernos también la posibilidad de estarnos sentadas en el cuarto del niño por lo menos media hora por día. No es indispensable jugar, pero es necesario estar totalmente disponible.
En fin, hace una reflexión sobre la violencia: "Cuando no ejercitamos el cuestionamiento profundo sobre nosotros o introspección, nos irritamos con los demás, con el mundo, con el compañero, con los hijos, el trabajo, intentando creer que son ellos los agentes de nuestra insatisfacción primaria".
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